lunes, 6 de enero de 2020

Día #7: Mitte III (Museumsinsel)

Hoy domingo tocaba madrugar para estar a primera hora en la Museumsinsel o Isla de los Museos.
Este islote en el corazón de Berlín puede presumir de alojar el mayor complejo histórico-artístico de Europa. Así que no se puede pasar por la capital de Alemania sin dejar un huequito para visitarla (o al menos una pequeña parte de ella). Pero ojo: visitar la Museumsinsel sin un “plan de ataque” es una completa locura. Y además de las gordas. Ya que para poder verlo todo harían falta unos dos días o semanas enteros. Pero nosotros teníamos bien claro el plan.

Entrar en la Isla de los Museos es realmente extraño. Casi no nos damos cuenta de que estamos de pronto en una isla en pleno corazón de Berlín. Pero es cierto, el río Spree nos rodea totalmente. La mañana es fría pero el cielo está completamente despejado. Nos  esperan unas horas en las que concentraremos demasiados siglos, una historia demasiado pesada para pararnos en ella tan sólo rozándola. Al menos tenemos conciencia de ello, que no es poco.



Accedemos a las taquillas a través de la moderna Galería James Simon: el nuevo acceso a la isla de los museos. El recinto museístico ha estrenado en 2019 una nueva entrada principal, diseñada por David Chipperfield, una monumental galería blanca que destaca por su esbelta columnata y otros elementos de la arquitectura clásica que buscan una integración con el resto de espacios museísticos de la Isla. Su función principal es la de punto de acceso a todos los museos. El Neues Museum y el Pergamonmuseum ya son accesibles desde aquí, y la Alte Nationalgalerie y el Bodemuseum lo serán en los próximos años.










Casi no hay gente, cosa que nos sorprende al mismo tiempo que nos agrada. A las 10 abren las puertas y entramos de los primeros en el Museo Pergamon, el más visitado de Berlín. En él se inscribe la enormidad de Grecia, Roma, Babilonia y Oriente Próximo. Como parte del "Plan Maestro de la Isla de los Museos", el Museo se encuentra atrapado bajo una bestial restauración progresiva y que no se completará hasta 2025. Esto implica que, la sala en la que se encuentra el Altar de Pérgamo (así como el ala norte y la sala de arquitectura helenística) estará cerrada hasta 2024. Era algo que ya sabíamos, pero aún así la visita es obligada.

Caminamos por la vía procesional de Babilonia, lo que era el inicio de la famosa Avenida de las Procesiones que recorría la parte monumental de Babilonia. Apreciamos el esmalte azul de los toros, leones, seres mitológicos y flores que decoran los muros.



La vía procesional nos lleva a la Puerta de Ishtar y ohhhhhhh, qué pasada... Es una de las 8 puertas monumentales de la muralla interior de Babilonia. Estamos ante la que fue considerada una de las Siete Maravillas del mundo Antiguo. A través de esa puerta se accedía al templo de Marduk, donde se realizaban las fiestas del Año Nuevo. Construida en el año 575 a.C. por Nabucodonosor II, está realizada con adobe y cerámica vidriada de color azul del lapislázuli mezclada con los dorados de los leones, los toros, los dragones y los seres mitológicos. Resulta curioso que esta es la pequeña de las puertas y que la más grande no esté a la vista aunque forme parte de los fondos del Museo.







Casi sin palabras, seguimos adelante para otro momento wow, el que nos depara poder contemplar la Puerta del Mercado de Mileto. Una auténtica maravilla arquitectónica del s.II a.C., con rasgos tanto
griegos como romanos. Considerado como uno de los mejores ejemplos de un mercado de la época
romana que se ha conservado hasta nuestros días.


 





A los pies de la Puerta del Mercado de Mileto, tenemos el increíble mosaico de Orfeo en el suelo. Perteneciente al comedor de una casa privada de Mileto.

Solo con lo que hemos visto, ya ha merecido la pena la visita. Pero aún hay mucho por ver. Entramos en la sala de la Civilización de Mesopotamia, Siria y Anatolia, con sus magníficos relieves y bajorrelieves, esculturas y los toros alados con sus cinco patas.


Este museo cuenta con una de las colecciones de arte islámico más destacadas fuera del mundo árabe. Reúne las obras maestras creadas por los pueblos musulmanes y los grupos cristianos y judíos que viven con ellos y entre ellos, que datan de los s.VII al XIX.




Nos quedamos de nuevo sin palabras ante obras como la fachada de piedra del palacio califal de Mushatta...



...la famosa sala Aleppo, con sus paneles de madera pintada de colores brillantes que procedían de la casa de un rico comerciante cristiano de la ciudad siria del s.XVII...


...así como con un precios techo de cedro y álamo procedente de la Alhambra de Granada, regalado por el gobierno español a un banquero alemán!!!

Tras dos intensas horas, cambiamos de época. Nos vamos al Neues Museum, o Museo Nuevo. Desde su reapertura, alberga dos magníficas colecciones: el ‘Museo Egipcio’ y el ‘Museo de Prehistoria e Historia Antigua’.




















También hay hueco para la Colección de Papiros, así como la colección de antigüedades. Pero no nos engañemos, la diosa que reina en las salas del Neues Museum se llama Nefertiti. No dejan hacer fotos dentro de la sala donde está expuesto el busto de esta Reina. esa obra fascinante y misteriosa que encandiló al káiser Guillermo II, y que hoy sigue haciéndolo con todos nosotros. Un gustazo poder disfrutar de ella casi en soledad, poder deleitarse con cada detalle, su mirada, sus rasgos, su alargado cuello...

La reconstrucción del edificio que alberga este museo, realizada por el arquitecto británico  afincado en Berlín, David Chipperfield, ganador de un premio por su trabajo aquí, es en sí, una obra de arte. Ver cómo ha sabido combinar elementos modernos con otros clásicos, para no renunciar a ninguno de los dos momentos en el tiempo, y que el resultado tenga sentido, seguro que no es nada fácil...










Y tras otras dos horas más (ya llevamos 4!), hacemos un alto en el camino para comer. Salimos de la isla para acercarnos a House of small wonder, un escondido oasis donde hemos (nuevamente) disfrutado de una riquísima comida.



La Isla de los Museos la conforman 5 museos. Ya hemos visto los dos más importantes. No obstante, queremos rozar al menos el resto. El Bode se encuentra en el borde Justo de la isla e impresiona más por el propio edificio que por sus obras (con todos nuestros respetos).





El Alte Museum o Museo Viejo, también impresiona por fuera con su columnada y su ubicación justo  al lado de la Catedral. Ofrece una interesante muestra de la civilización etrusca.








Por último, la Galería Nacional nos muestra obras germanas de diferentes épocas, destacando artistas como Menzel y Liebermann, dentro del impresionismo alemán. 





Y con esto nos han dado las 18 horas, que es cuando cierran todos los museos. Creemos que nos hemos organizado bien y que el plan ha sido bien ejecutado.
Antes de acabar la jornada, nos hemos acercado a la biblioteca Grimm, cuyo diseño llama la atención por cómo han distribuido las salas de lectura en bancales y los libros como en caída libre. Pero lo que de verdad nos ha llamado la atención es que un domingo a estas horas hubiera tal cantidad de estudiantes en una biblioteca. Vamos, como en España!

Seguiremos informando.